En el primer capítulo, “El exceso”, se manifiesta cómo es la vida en las grandes ciudades, hiperconectados, pero más desconectados que nunca, tratando de dirigir nuestros esfuerzos a poner parches en arreglar aquello que creemos que no funciona, pero arrasando mucho más con cada paso que damos. Y, sobre todo, olvidándonos de lo fundamental, de la VIDA, alejándonos cada vez más de nuestra naturaleza humana.

En el segundo capítulo, “Soledad”, describe, cómo los lugares rurales se van quedando vacíos y desolados. Como, las personas, nos vamos aglutinando en grandes ciudades en lo que consideramos “progreso”. Pero, la vida nos sorprende con un punto de inflexión para todos, la pandemia, en la que nos hace darnos cuenta de que el verdadero virus es la soledad.

A partir de este momento, la reflexión de que hemos de recuperar aquello que hemos perdido y la esperanza de una nueva forma de vivir invaden el corazón de miles de personas. Esta necesidad de reinventar la vida, es Plena. Representada por las bolas amarillas que siembran el optimismo allá donde caen. Pese a que haya personas que permanezcan impasibles en su presencia.

La naturaleza regada por la empatía y la comprensión de la comunidad que empieza a impregnarse de las bolas, comienza a brotar de nuevo. Como nunca lo había hecho hasta ahora.

En el capítulo tres “Antídoto” La comunidad empieza a interactuar con Plena, compartiendo y conectando entre ellos. Se va creando una comunidad diversa, empoderada e inspiradora. Una comunidad que ha roto toda brecha intergeneracional mezclando la experiencia de unos con la savia nueva de otros. Una comunidad que interacciona con charlas, debates, propuestas para combatir la escasez de recursos, el cambio climático… Dando lugar a la verdadera sostenibilidad humana.

Las bolas Plena alimentadas por la fuerza de la comunidad, empiezan a dar vida a lugares que habían quedado desolados y hacen crecer la naturaleza en otros arrasados. Es una fuerza tan potente, que es capaz de devolver a la tierra el equilibrio que había perdido, casi a un estado de total armonía en el que todo funciona a la perfección.

Poco a poco Plena se va transformando en un ecosistema nuevo frondoso y lleno de vida.

Plena esculpe de una forma consciente y respetuosa cada edificio para que todo brote de forma orgánica y responsable.

En el capítulo cuatro “La invasión”. La fuerza Plena se hace imparable, hace a la comunidad sentirse más viva y enérgica que nunca, provocando que cada instante tenga sentido y sintiendo la eternidad de la vida.

Plena se convierte en eternidad y crea nuevas ciudades y aldeas, comunidades que cooperan uniéndose al cambio.

En el capítulo cinco “El conflicto”.¿Quién ganará? ¿Consigue Plena contagiar a todo el planeta? ¿O tiene que resignarse y volverse a compactar en pequeñas bolas que vuelan a otro planeta?